En el corazón de Centroamérica, entre volcanes, playas del Pacífico y vestigios de civilizaciones milenarias, se encuentra El Salvador, un país que poco a poco se posiciona en el mapa turístico internacional. Aunque de pequeña extensión territorial, El Salvador es grande en experiencias: yacimientos arqueológicos de la cultura maya, escenarios naturales exuberantes, playas mundialmente reconocidas para el surf, gastronomía de mar y tierra, y la hospitalidad de su gente.
En Turismo TV te invitamos a descubrir por qué este destino está llamando la atención de viajeros de todo el mundo, convirtiéndose en una alternativa ideal para quienes buscan combinar cultura, aventura y relax.
La herencia de la cultura maya en El Salvador se refleja en varios sitios arqueológicos que hoy son valorados y puestos en condiciones para el turismo cultural y académico. Uno de los más destacados es la “Experiencia Subterránea Maya San Andrés”, una propuesta que permite adentrarse en un túnel de más de 80 metros de longitud, 2,20 metros de altura y 1 metro de anchura. A través de este recorrido, los visitantes descubren los cimientos de antiguas pirámides y los secretos de una civilización que dejó huella en la historia de América.
Otro lugar imperdible es Joya de Cerén, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y conocido como la “Pompeya de América”. Sepultada por cenizas volcánicas en el siglo VII, esta aldea maya conserva vestigios intactos de la vida cotidiana: utensilios, viviendas y huertos que revelan cómo era la vida de la gente común hace más de mil años.
El recorrido arqueológico se completa con Tazumal, en Chalchuapa, donde se pueden observar pirámides de gran tamaño, sistemas de drenaje y tumbas de élite. Junto a Casa Blanca y otros sitios cercanos, forman un corredor cultural que acerca al viajero a las raíces más profundas de la región.
Explorar estos lugares no solo es un viaje al pasado, sino también un acercamiento a la identidad salvadoreña, que encuentra en la cultura maya un pilar de su historia y de su proyección turística.
Si hablamos de playas, El Salvador no tiene nada que envidiar a destinos más famosos. Con más de 300 kilómetros de costa sobre el Pacífico, ofrece una diversidad impresionante: desde arenas negras de origen volcánico hasta arenas doradas de concha molida.
Para los amantes del surf, el país es considerado una meca mundial. Las olas de El Sunzal y Playa La Paz figuran entre las mejores del planeta, elegidas para torneos internacionales y visitadas por surfistas de todas partes. Pero no son las únicas: El Zonte, La Perla, Punta Mango y muchas más conforman una ruta de surf única en la región.
Lo interesante es que la carretera costera (Litoral) conecta todas estas playas en apenas 5 o 6 horas de recorrido. Durante el trayecto, los viajeros disfrutan de vistas panorámicas al océano Pacífico y encuentran restaurantes que ofrecen productos frescos del mar, desde ostras y camarones hasta langostas, calamares y exóticas preparaciones locales.
El surf aquí se combina con la posibilidad de descansar en hoteles boutique, eco-lodges y hostales frente al mar, lo que permite a cada visitante elegir la experiencia que más se adapta a su estilo de viaje.
En el extremo oriental del país se encuentra el Golfo de Fonseca, compartido con Honduras y Nicaragua. Este rincón de gran belleza natural y cultural resguarda la Isla de Meanguera, célebre en la época colonial por haber recibido embarcaciones de todo tipo. Hoy es un punto de interés turístico al que se accede en lancha desde el puerto de La Unión.
El viaje hacia la isla ofrece paisajes marinos, fauna costera y la posibilidad de conocer historias poco difundidas sobre el rol estratégico del golfo en la historia de Centroamérica. Es una escapada ideal para quienes buscan naturaleza combinada con legado cultural.
El Salvador también sorprende por sus ecosistemas. Tres grandes zonas de manglares destacan en su territorio: el Estero de la Barra de Santiago, el Estero de Jaltepeque y la Bahía de Jiquilisco. Estos espacios son verdaderos refugios de biodiversidad y constituyen escenarios ideales para la práctica de deportes acuáticos como kayak, snorkeling, pesca artesanal y navegación.
En la Bahía de Jiquilisco, por ejemplo, el visitante puede observar aves migratorias, cocodrilos y monos en un entorno de gran riqueza ambiental. Se trata de un espacio protegido que promueve el turismo sostenible, alineado con la conservación de los ecosistemas y el desarrollo de las comunidades locales.
Viajar por El Salvador también significa deleitarse con su gastronomía, que combina productos del mar con recetas tradicionales. En la costa, es común encontrar mariscos frescos como ostras, camarones, langostas y pulpos, preparados con el toque distintivo de la cocina local. Todo ello puede acompañarse con bebidas refrescantes como jugo de mandarina, agua de coco o la clásica horchata salvadoreña.
Pero la identidad culinaria no estaría completa sin mencionar las pupusas, el plato nacional. Estas tortillas gruesas de maíz rellenas de queso, frijoles o chicharrón, se sirven con curtido y salsa de tomate, y son un emblema de la cultura y la hospitalidad del pueblo salvadoreño.
El Salvador ha desarrollado una infraestructura turística que facilita la estadía de los visitantes. Hoteles frente al mar, clubes privados, centros de buceo, instructores de surf, operadores de kayak y servicios de lanchas forman parte de una red que se complementa con carreteras pavimentadas y accesos bien señalizados.
La carretera Litoral, que recorre toda la costa, no solo conecta playas y pueblos, sino que ofrece una experiencia escénica en sí misma. Cruzar el país por esta ruta en apenas unas horas permite descubrir contrastes geográficos, probar la gastronomía local y disfrutar de la hospitalidad salvadoreña, reconocida por su calidez y amabilidad.
Durante años, El Salvador fue un destino poco explorado por el turismo internacional. Hoy, gracias a la promoción de sus atractivos y a la puesta en valor de su patrimonio cultural y natural, el país comienza a destacar en el escenario global. Eventos de promoción, como la participación en ferias internacionales de turismo, han permitido que operadores, periodistas y viajeros conozcan su propuesta y reconozcan su potencial.
Con un perfil que combina arqueología, surf, naturaleza, gastronomía y hospitalidad, El Salvador se presenta como un destino integral, capaz de sorprender incluso a los viajeros más experimentados.
En Turismo TV celebramos la riqueza de este país centroamericano, que demuestra que no se necesita una gran extensión territorial para ofrecer experiencias memorables. Desde los yacimientos arqueológicos mayas, que nos conectan con el pasado, hasta las playas de surf de clase mundial y los ecosistemas de manglares, El Salvador es un destino que invita a explorar, a aprender y a disfrutar.
Viajar a El Salvador es dejarse conquistar por su gente, por la intensidad de sus paisajes y por la promesa de una aventura que combina historia, cultura y naturaleza en un mismo territorio