El Muro es hoy uno de los lugares más visitados por los turistas que llegan a Berlín. Colores y mensajes que invitan a la paz, se suceden a lo largo de los más de mil metros que quedan en la parte Este de Berlín.
Hoy es uno de los lugares que los visitantes de Berlín no dejan de recorrer. Colores y mensajes que invitan a la paz, se suceden a lo largo de los más de mil metros que quedan en pie del muro en la parte Este de Berlín.
Pero esta explosión de color y creatividad llegó luego de una larga y penosa historia.
Tras la 2da Guerra Mundial Berlín había quedado dividida en cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés. En 1949, los tres sectores occidentales (estadounidense, francés y británico) pasaron a llamarse República Federal Alemana (RFA) y el sector oriental (soviético) se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA).
Así dividida Berlín se crearon 81 puntos de paso entre las dos zonas de la ciudad. (TT)
Las condiciones de vida en el sector soviético en relación a la floreciente Berlín occidental hicieron que hasta el año 1961 casi 3 millones de personas dejaran atrás Alemania Oriental
La RDA en la noche del 12 de agosto de 1961, decidió levantar un muro provisional y cerrar 69 puntos de control, dejando abiertos sólo 12. A la mañana siguiente, se había colocado una alambrada provisional de 155 kilómetros que separaba las dos partes de Berlín.
Los medios de transporte se vieron interrumpidos y nadie podía cruzar de una parte a otra.
Durante los días siguientes, comenzó la construcción de un muro de ladrillo y las personas cuyas casas estaban en la línea de construcción fueron desalojadas.
Muchos intentos de escape, algunos con éxito, pusieron a las autoridades en la necesidad de aumentar su seguridad hasta convertir al muro en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura, con un interior formado por cables de acero para aumentar su resistencia.
Se creó también la llamada "franja de la muerte", formada por un foso, una alambrada, y una carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas del día. (TT)
La apertura de fronteras entre Austria y Hungría en mayo de 1989, dio inicio a un éxodo masivo de alemanes que viajaban a Hungría para pedir asilo en las distintas embajadas de la República Federal Alemana .
Esto motivó enormes manifestaciones en Alexanderplatz que llevaron a que, el 9 de noviembre de 1989 el gobierno de la RDA afirmara que el paso hacia el oeste estaba permitido.
Ese mismo día, miles de personas se agolparon en los puntos de control para poder cruzar al otro lado y nadie pudo detenerlos.
Había comenzado el conteo final para la historia de división impuesta por el muro.
Así, Berlín, una ciudad rica en historia y cultura, lleva consigo las cicatrices de un pasado dividido.
Ese Muro de Berlín, que alguna vez separó físicamente a la ciudad y al mundo durante la Guerra Fría, ha dejado una huella imborrable en la memoria colectiva.
Sin embargo, hoy en día, la East Side Gallery, un tramo de 1.3 kilómetros del antiguo muro, se ha transformado en un lienzo de esperanza y unidad.
La East Side Gallery es la galería de arte al aire libre más grande del mundo, con más de 100 murales pintados directamente sobre los restos del Muro de Berlín.
Después de la caída del muro en 1989, artistas de todo el mundo se unieron para plasmar su visión en esta estructura antes opresiva, convirtiéndola en una expresión artística que celebra la libertad y la resistencia.
Los murales que adornan la East Side Gallery cuentan historias de lucha, libertad y unidad. Muchos reflejan la esperanza de una nueva era, donde la división y la opresión han sido superadas por la fuerza de la voluntad humana. Otros rinden homenaje a figuras icónicas, como el famoso beso fraternal entre Leonid Brézhnev y Erich Honecker, líderes de la Unión Soviética y la Alemania Oriental, respectivamente. También se pueden encontrar mensajes de paz, amor y unidad, simbolizando la reconciliación y el deseo de un mundo sin fronteras.
La East Side Gallery se ha convertido en un lugar de peregrinación para los visitantes de todo el mundo. Los turistas y locales vienen a admirar las impresionantes obras de arte, reflexionar sobre la historia del Muro de Berlín y celebrar la capacidad del arte para transformar incluso los símbolos más oscuros en manifestaciones de esperanza y creatividad.
Sin embargo, a lo largo de los años, el arte de la East Side Gallery ha sufrido el desgaste del tiempo y los elementos, y algunos murales han sido dañados o borrados. A pesar de esto, su importancia como un recordatorio vivo del pasado y un símbolo de la reconciliación y la esperanza continúa resonando con aquellos que visitan este emblemático lugar.
La East Side Gallery es un monumento a la resistencia humana y la capacidad del arte para sanar y unir. Permanece como un testimonio del poder del pueblo y un llamado a mantener viva la memoria histórica para evitar que las divisiones y las barreras vuelvan a surgir. En un mundo en constante cambio, la East Side Gallery sigue siendo una invitación a reflexionar sobre la importancia de la paz y la unidad en nuestra sociedad actual.