Cápsulas para dormir, generaciones viajeras y el nuevo mensaje de Argentina al mundo: cómo se transforma el turismo global
Hoy los viajeros se dividen por generaciones, por hábitos y por formas muy distintas de entender el tiempo libre
El turismo global ya no se organiza por temporadas, sino por generaciones y formas de vivir el tiempo libre. Las tendencias del turismo global se
transforman: cápsulas para dormir, glamping, turismo joven, hábitos generacionales y marketing turístico digital redibujan la industria. En este análisis, exploramos cómo viajan los jóvenes, cómo
se mueven los adultos y qué comunica el nuevo video de Visit Argentina e INPROTUR sobre el futuro del turismo en Argentina.
La Argentina atraviesa un momento donde el turismo —ese termómetro silencioso del país— revela más que estadísticas: muestra estados de ánimo, prioridades, brechas y esperanzas. Y si algo
dejó claro mi participación en radio, donde analizamos el video promocional de Visit Argentina e Inprotur, es que la discusión sobre cómo posicionamos al país no puede desligarse de cómo viajan hoy las distintas generaciones. Porque la manera de comunicar un destino es tan
importante como el destino mismo.
El nuevo contenido audiovisual de promoción turística de Visit Argentina busca mostrar al país desde un lugar aspiracional, moderno y emocional. Y,
aunque es valioso que Argentina siga invirtiendo en visibilidad internacional, siempre me pregunto lo mismo: ¿A quién le estamos hablando
realmente?
¿A los jóvenes que viajan con poco presupuesto pero con ganas infinitas?
¿A los adultos que eligen experiencias más tranquilas y están dispuestos a gastar más?
¿A las familias que planifican cada salida?
¿A los viajeros internacionales que buscan autenticidad?
El video emociona, sí. Pero la promoción turística necesita algo más que emoción: necesita estrategia, segmentación y una lectura precisa del contexto. Y ahí es donde siento que Argentina
tiene una oportunidad enorme, incluso en medio de crisis: alinear su storytelling a las generaciones reales que viajan, no a las imaginadas.
La comunicación turística no puede reducirse a un debate doméstico. La promoción internacional de un país es un ejercicio de marca, estrategia, geopolítica blanda y construcción de deseo. Y
Argentina necesita, más que nunca, una narrativa clara, coherente, moderna y sensible, capaz de convocar a un mochilero europeo, a una
familia latinoamericana, a un viajero senior asiático o a un millennial digital nómada. No importa la palabra, importa la arquitectura del
mensaje. No importa la polémica interna, importa la visión global. No importa quién discute, importa quién viaja.
El turismo ya no se divide por destinos, sino por personas
Durante décadas hablamos de temporadas altas, bajas o intermedias. Hoy, esa lógica quedó chica.
El turismo 2025 se organiza según:
Generación Z: viaja más seguido, por menos tiempo, con presupuestos mínimos y un altísimo consumo digital. Quieren experiencias
vivas, auténticas, instagramables y rápidas.
Millennials: mezclan trabajo y viaje, buscan diseño, sustentabilidad, comodidad sin excesos y una buena relación precio-calidad.
Generación X: viajan menos, pero eligen mejor. Invierten en gastronomía, cultura, naturaleza y descanso real.
Baby Boomers: gastan más, exigen más y disfrutan más. Son el segmento con mayor capacidad de consumo turístico.
En Argentina, estas diferencias se vuelven aún más marcadas por la brecha económica. El deseo de viajar se mantiene intacto, pero la capacidad real
de hacerlo no siempre acompaña. Ese contraste —tan nuestro, tan actual— es también un insumo para la promoción turística.
Promocionar Argentina: ¿qué estamos mostrando y qué podríamos mostrar?
Argentina tiene un capital emocional y visual inigualable:
la Patagonia, el Norte, los Esteros del Iberá, la Ruta del Vino, las playas bonaerenses, las ciudades culturales, los pueblos históricos.
Pero la promoción internacional no puede limitarse a belleza escénica. Necesita:
Segmentación por generaciones
Contenido adaptable según mercados
Estrategias distintas para turismo interno y receptivo
Relatos que combinen emoción con información concreta
Diversidad de presupuestos y propuestas
El video de Visit Argentina emociona, pero no deja del todo claro para quién está construido. Y ahí aparece mi postura: Argentina debería aprovechar esta etapa para renovar su narrativa turística, volviéndola más real, más humana y más orientada a públicos específicos.
Mi intervención en la radio y lo que intenté poner en palabras
Cuando analicé este video en la radio, hubo quienes intentaron politizar la conversación.
Pero mi objetivo fue otro: comparar cómo promocionan su identidad los grandes jugadores del turismo y qué lugar ocupa Argentina en ese mapa
global.
No se trata de libertarios, de peronistas, de oficialismos ni oposiciones. Se trata de turismo.
Y el turismo —te lo digo siempre— es económico, cultural, emocional y geopolítico a la vez.
Lo que dije y sostengo es que:
Los grandes promotores del turismo global cuentan historias alineadas a sus audiencias.
España, Portugal, Italia, Croacia, México y Perú tienen campañas segmentadas, modernas y claras.
Argentina tiene recursos para estar a esa altura, incluso superarla… pero necesita consistencia y propósito.
Mi aporte no fue ideológico: fue técnico, humano y periodístico.
Porque quiero que mi país, ese país que amamos incluso cuando nos cansa, se muestre al mundo con inteligencia y con verdad.
Y cierro con esto:
Los argentinos seguimos soñando con viajar, salir, conocer, respirar otros paisajes.
Ese deseo no se quebró.
Y justamente por eso, la promoción turística debe estar a la altura de ese deseo, no de las discusiones políticas que intentan atravesarlo
todo.
Si Argentina logra hablarle a cada generación según sus hábitos reales, puede crecer incluso en tiempos
difíciles.
Esa es la batalla comunicacional que viene.
Y estoy lista para seguir dándola, desde donde me toque: radio, video o Turismo TV.
En un mundo acelerado, viajar se volvió una forma de decir quiénes somos. Los más jóvenes lo viven como una necesidad vital; los mayores, como un premio o una pausa
merecida. Pero en ambos casos, el viaje actúa como una válvula emocional: el momento en que todo parece posible.
Y ahí está el punto en común que une a todas las generaciones. Detrás de las diferencias de edad, presupuesto o estilo, todos buscamos lo mismo: una experiencia que nos saque de la
rutina, que nos devuelva una versión más liviana de nosotros mismos.
La única diferencia es el medio para alcanzarlo: unos lo hacen con una mochila, otros con una valija con ruedas. Pero todos, de alguna manera, seguimos creyendo que viajar —a pesar de
todo— todavía vale la pena
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